Ocupación estadounidense
de Haití (1915-1934)
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Estados Unidos ocupó por
primera vez a Haití en 1915. La presencia norteamericana duró 19
años, período en el cual subordinó las finanzas del país a la banca de Nueva York, la convirtió en una
fábrica de azúcar y se aseguró que su población siguiera en
la pobreza extrema.
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Ocupación estadounidense de Haití (1915-1934).
Tras el asesinato del presidente haitiano Jean Vilbrun Guillaume Sam en julio de 1915,
el presidente Woodrow
Wilson envió hacia Haití tropas
de marines estadounidenses, con el objetivo de restaurar el orden y mantener la
estabilidad económica y política en el Caribe.
Esta ocupación continuó hasta agosto de 1934,
cuando las últimas tropas invasoras abandonaron las costas haitianas.
Generales
Los
marines estadounidenses entraron a Haití en 1915. El gobierno de Estados Unidos aseguraba que el
objetivo de dicha intervención era el de mantener la paz y ayudar a estabilizar el gobierno
haitiano. La ocupación duró hasta 1934 y en este
tiempo, fueron ellos quienes controlaron la república a través de un gobierno
títere haitiano. La ocupación estadounidense de Haití alegaba pretender
construir un gobierno democrático que durara una vez que las fuerzas ocupantes
se retiraran del suelo haitiano.
El
pueblo por su parte no estaban de acuerdo con la intervención extranjera. Los
Estados Unidos ocuparon Haití sin ser invitados y se mantuvieron allí solo por
la fuerza. El gobierno haitiano predominante era controlado por el ejército
estadounidense y este era el motivo por el cual el pueblo no podía expresar su
voluntad anti-injerencista.
De
ahí lo contradictorio de los motivos de la ocupación, pues el gobierno
estadounidense clamaba que buscaba lograr la democracia en Haití, pero lo hizo imponiendo
su fuerza militar, lo que era sin dudas una vía totalmente antidemocrática.
Las
elecciones que tuvieron lugar durante la ocupación fueron “preparadas”; se
aprobó un tratado por la fuerza y se declaró la ley
marcial.
Se establecieron tribunales militares, la prensa fue censurada y la oposición,
violentamente reprimida. El senado haitiano fue disuelto y se cambió la
constitución por un plebiscito no
constitucional.
Las razones
Son
muchas las razones esgrimidas por los Estados Unidos para justificar
su intervención en Haití. Estas fueron desde lo estratégico,
militar y económico, hasta lo humanitario. La intervención había sido
considerada y planificada por el gobierno estadounidense mucho antes de que
ocurriera. Por mucho tiempo había existido cierta preocupación sobre la
presencia alemana en Haití y la
amenaza que esta representaba para el territorio estadounidense, así como
varios intentos de negociación sobre el control estadounidense sobre los
impuestos de liquidación.
Estados
Unidos estaba bien listo para intervenir una vez más. Poseía vasta experiencia
injerencista debido a las no pocas otras intervenciones que había realizado en
el pasado, y la historia de violencia en Haití era un buen pretexto para
intentarlo una vez más. De hecho, en previsión de una nueva crisis, el
Departamento "Plan para el desembarco y ocupación de la ciudad de Port-au-Prince " de la
Marina estadounidense describía la situación que anunciaba su intervención como
la de un gobierno derrocado, donde toda apariencia de orden público había
cesado; y donde las autoridades locales reconocían su incapacidad para proteger
los intereses extranjeros ante una ciudad invadida por unos 5.000 soldados y
turbas civiles.
El
evento que por último condujo a la intervención estadounidense, fue la masacre
orquestada en la isla el 27 de julio de 1915. En esta fecha, el
entonces presidente de Haití, Jean
Vilbrun Guillaume Sam ordenó el asesinato de 167 presos
políticos . Una turba, indignada por los cruentos hechos, invadió la Legación
francesa donde el presidente Sam estaba escondido. sacaron al presidente de su
escondite, lo asesinaron y mutilaron su cuerpo en la calle.
Este
evento de excepcional barbaridad allanó el camino para que los infantes de la
marina de Estados Unidos intervinieran en Haití, con el pretexto de proteger
los bienes e intereses de Estados Unidos y restablecer la paz en suelo
haitiano.
El
USS Washington bajo las órdenes del contraalmirante William B. Caperton desembarcó
en Port-au-Prince en julio de 1915. El pueblo haitiano no vio
esto con buenos ojos. Los miembros de la Unión Patriótica haitiana
, una organización de nacionalistas haitianos de élite, consideró que esta
intervención fue injustificada. Dantes Bellegarde, diplomático y miembro destacado de
dicha Unión, consideró la intervención como una violación a los derecho del
pueblo y un flagrante menosprecio a la soberanía de Haití.
Al
principio hubo cierta indecisión dentro del alto mando invasor, entre lo que
debían y lo que era legalmente posible hacer durante la ocupación. Aun así, a
los marines se les dio órdenes de "proteger" el dinero del gobierno y
de asegurarle al pueblo haitiano que Estados Unidos no tenía ningún plan de
injerencia en la integridad política o territorial de Haití. Poco tiempo
pasaría para que los infantes de marina estadounidenses se hicieran cargo de
las aduanas de Haití y para que el contraalmirante Caperton declarara la ley
marcial y
la censura de prensa, con lo que quedaba marcado
oficialmente el comienzo de la ocupación.
Democracia sin
democracia
Estados
Unidos usó
la intimidación física para moldear las políticas en Haití a sus intereses.
Muestra de ello fue su evidente participación en la elección del nuevo
presidente de Haití, y la firma del tratado haitiano-estadounidense. Estos dos
ejemplos ilustran las prácticas dictatoriales, autoritarias e
inconstitucionales, y la actitud de intimidación de los estadounidenses hacia
el gobierno haitiano.
Con
el asesinato de Guillaume
Sam en 1915, Haití necesitaba un nuevo presidente y
los Estados Unidos buscaban un candidato que pudieran apoyar para mantener el
orden. Hubo varios candidatos, de ellos, el Dr. Rosalvo Bobo, líder de los grupos
rebeldes caco, fue eliminado por su posición hostil a los intereses
estadounidenses. El candidato J-N. Leger fue también eliminado por sus
evidentes inclinaciones patrióticas. Un tercer candidato, Philippe
Sudre Dartiguenave, parecía ser más obediente y fue en efecto el elegido
como el nuevo presidente de Haití, a partir del 12 de agosto de 1915 y hasta
el 15 de mayo de 1922. El día de su nombramiento, los
infantes de marina custodiaban el pasillo con sus bayonetas.
Al
presidente Dartiguenave pronto se le presentó un tratado, que debía ser firmado
sin modificaciones. El tratado le proporcionaba a Estados Unidos el control de
la aduana y aseguraba su apoyo para el establecimiento de una policía en Haití,
el desarrollo de los servicios de saneamiento, la agricultura y obras públicas. La fuerza
militar sólo se mencionaba para proteger al país de la invasión extranjera.
Ante
la negativa de Dartiguenave de firmar tan hegemónico tratado, Estados Unidos
amenazó con imponer un gobierno militar. Reconociendo que no tenía otra opción,
Dartiguenave firmó, pero la Asamblea Nacional exigió revisiones e impedió
ratificaciones. Los EE.UU., en el control de la tesorería de Haití, retuvo
puntualmente los sueldos de los legisladores a manera de presión. Por lo tanto,
Caperton negoció el tratado mediante la intimidación y la coacción física.
Estos
métodos coercitivos violaban cada principio de un tratado justo y equitativo
entre naciones soberanas e independentes. El chantaje e intimidación ejercidos
sobre Haití constituían una violación de sus derechos y una invasión de su
independencia. La presión financiera y militar, la declaración de una ley
marcial y el encarcelamiento de periodistas marcaron el inicio de la represión
de la voz y la voluntad de Haití a través de la coerción. Obviamente, EEUU
buscaba la democracia en Haití, pero mediante la
usurpación antidemocrática de su independencia política.
Gobierno títere
Bajo
los términos del tratado, los EEUU controlaban todo
en Haití, excepto la educación y las cortes.
Estas condiciones hacían del gobierno haitiano una autoridad fantasma, sin
poder real sobre sus asuntos internos. Toda ley necesitaba ser aprobada por el
“Alto Comisionado Estadounidense”, quien bloqueaba de manera efectiva muchas
delas iniciativas haitianas por mantener su soberanía. Los miembros de la
“Unión Patriótica”, incluidos Dantes Bellegarde y Pierre Hudicourt, criticaban esta situación vergonzosa.
Con el tesoro nacional en manos de los ocupantes, el gobierno haitiano no tenía
siquiera chance de usar los fondos públicos. El presidente Dartiguenave no era más que
un títere en las manos del Alto Comisionado Estadounidense, quien era realmente
quien gobernaba el país. Para ello, una tropa de marines se mantenía apostada
perennemente a las puertas del Palacio
Presidencial,
dando muestra del poderoso vínculo entre política y poder en la ocupación
estadounidense de Haití.
Gendarmerie d’Haiti
La Gendarmería
de Haití (Gendarmerie
d’Haiti) fue creada en 1916 para
proporcionar servicios policiales a todo lo largo del país. Inicialmente estaba
constituida por 250 oficiales y 2500 hombres. La gendarmería era dirigida por
el personal del Cuerpo de marines, quienes en su mayoría eran sargentos con
cargos oficiales en el servicio haitiano. Doctores pertenecientes a la Armada
Estadounidense también apoyaban a la gendarmería. La gendarmería luchó junto a
las tropas ocupantes estadounidenses durante la Guerra de los Cacos. La
Gendarmería de Haití cambió su nombre a Garde d’Haiti en 1928.
Guerra de los Cacos
Los Cacos eran una red de mercenarios que se
vendían al mejor postor. Tradicionalmente, un cambio de poder ocurría en Haití cuando un
candidato político armaba un ejército Caco y marchaba a la capital. El cambio
de poder se completaba cuando la turba mercenaria huía del país con parte del
tesoro nacional. La caída del presiente Sam también siguió
esta tradición. Un ejército Caco, pagado por el Dr. Rosalvo Bobo se encontraba en las afueras
de Puerto
Príncipe mientras
Sam era asesinado. Las fuerzas ocupantes de William B. Caperton rápidamente
desarmaron dicho ejército y forzaron a los Cacos a retirarse de la capital,
aunque esos se mantuvieron amenazando la paz en la parte norte y centrales del
país. Tuvo lugar entonces una campaña dirigida por la First Brigade y con el
apoyo de los destacamentos azules de la flota de la Armada Estadounidense. Para
finales de 1915 la rebelión armada había concluido. El último evento importante
de esta campaña tuvo lugar con la captura del bastión Caco en Fort Rivière por
un grupo de marines y un destacamento del USS Connecticut, bajo el mando del
ComadanteSmedley Butler. El sargento Ross Lams, el soldado Samuel Gross y el
propio Butler fueron condecorados con la Medalla de Honor del Congreso por esta
victoria. Una segunda insurrección Caco tuvo lugar a finales de 1918. Esta rebelión ocurrió como respuesta a
la brutalidad ejercida por unosdestacamentos de la gendarmería y por el uso del
sistema corvée en la contrucción vial. Esta insurrección pronto mostró la
inhabilidad de la gendarmería de contenerla. Por ello, una gran parte de la
guerra de contraguerrilla fue realizada por la First Marine Brigade y reforzada
por marines que no residían en Haití. Aunque la mayoría de la contienda tuvo
lugar en el interior del país, Puerto Príncpe fue atacada por los Cacos
en octubre de 1919. Ese mismo mes el líder Caco
Charlemagne Peralte fue asesinado por una patrulla de marines.
Fin de la ocupación
Tras
las guerras de los Cacos, as tareas y actividades de la ocupación
norteamericana se volvieron rutinarias. El país había logrado una estabilidad
política y financiera. En 1922 tuvo lugar
unpacífico cambio constitucional en el gobierno. Excepto por el personal
asignado a la Gendarmería, todos los demás marines fueron enviados a los
cuarteles. N número reducido de personal de la Armada estadounidense continuó
supervisando las obras y salud públicas como parte de los Servicios del
Tratado. La administración estadounidense ocupante, sin embargo, nunca
comprendió la tirantez social haitiana, que junto a la reducción en los
servicios causados por la reducción de los ingresos del gobierno, conllevaron a
multitudinarias huelgas y disturbios a finales de 1929. Doce haitinaos
fueron asesinados cuando un grupo de marines abrió fuego contra unos
huelguistas en Les
Cayes.
El presidente Herbert Hoover, que nunca había
simpatizado con la ocupación, usó esta “masacre de Les
Cayes”
como justificación para asignar una comisión que determinara cuando y como
retirarse de Haití. La Comisión, dirigida por el antes gobernador
estadounidense de las Filipinas W. Cameron Forbes, recomendó
formalmente la retirada estadunidense lo antes posible en conjunto con una
“modificación” de los Servicios del Tratado, que incluían la jefatura de la
Gendarmería. La ocupación estadounidense a Haití culminó el 14 de agosto de 1934
Una
intervención continuada.En este mismo sentido el drama humano que vive hoy Haití debe ser analizado en el contexto histórico de las intervenciones militares a la que ha sido sometida este pueblo hermano. En primer lugar, el país isleño fue ocupado militarmente por EEUU hace diez años. El presidente Bush decidió poner fin a la democracia en ese país exiliando a su presidente, Jean Bertrand Aristide, a África del Sur. EEUU le pasó el mandato de la ocupación militar a Brasil y contingentes armados de otros países de América Latina. En este período de ocupación militar, Haití ha sido sometido al saqueo y a la represión de su población.
EEUU ocupó por primera vez a Haití en 1915. La presencia norteamericana duró 19 años, período en el cual subordinó las finanzas del país a la banca de Nueva York, la convirtió en una fábrica de azúcar y se aseguró que su población siguiera en la pobreza extrema.
Décadas después, en el marco de la histeria del “anticomunismo”, EEUU instauró la dictadura de François Duvalier, “Papa Doc” que se extendió por más de treinta años (incluyendo el período de Jean-Claude Duvalier, “Babee
Carlomagno Peralta
Retrato de Carlomagno
Peralta.
Carlomagno Peralta (Centro, 1886 - Norte de Haití, 1 de noviembre de 1919) fue un
líder nacionalista haitiano que se
opuso a la invasión de su país por los Estados Unidos en 1915.
Primeros años
Nacido en 1886 en el
centro de la ciudad de Hinche (antiguamente dominicana, actualmente
haitiana), su padre fue el general Massena Remi Peralta.
Peralta nació dentro de
una de las pocas familias dominicanas que tras las invasiones haitianas de la
primera mitad del siglo 19 no se trasladaron hacia el este de la isla. Peralta
es venerado en ambos lados de La Española, en Haití y en la
República Dominicana.
Resistencia a la guerrilla
Oficial de carrera,
Carlomagno Peralta fue el jefe militar de la ciudad de Léogane, por donde el Cuerpo
de Marines de los Estados Unidos invadió Haití en
julio de 1915.
Se negó a rendirse a las
tropas extranjeras, sin combates, Peralta renunció a su cargo y regresó a su
ciudad natal de Hinche para cuidar la tierra de su familia. En 1917, fue
detenido por asaltar la casa de un oficial americano de las tropas de
ocupación, y fue condenado a cinco años de trabajos forzados. Al escapar de su cautiverio, Carlomagno Peralta se
reunió con un grupo de rebeldes nacionalistas y comenzó la guerra de
guerrillas contra las tropas de los EE.UU..
Las tropas dirigidas por
Peralta se llamaron "Cacos", un nombre proveniente de las zonas
rurales que históricamente tomaron parte en la agitación política de finales
del siglo XIX en Haití.Los guerreros Cacos eran tan fuertes adversarios que los
Estados Unidos mandaron la contingente Marina hacia Haití.
Traición y muerte
El cuerpo de Charlemagne
Peralta.
Después de dos años de la
guerra de guerrillas, Peralta los condujo para declarar un gobierno
provisional en el norte de Haití; Carlomagno Peralta fue
traicionado por uno de sus oficiales, Jean-Baptiste
Conzé,
quien dirigió encubierto al oficial de la USMC alférez Herman
H. Hanneken al campamento de los rebeldes, cerca de Grand-Rivière du Nord.
Peralta recibió un
disparo en el corazón durante la breve pelea que se produjo.
Con el fin de desmoralizar a la población
haitiana, las tropas de los EE.UU. tomaron una foto el cuerpo de Carlomagno Peralta atado
a una puerta, y la distribuyeron en el país. El efecto fue el contrario.
Traicionado y asesinado a los 33 años, Carlomagno Peralta tomó la dimensión de
un mártir de la nación haitiana.
Los restos de Carlomagno
Peralta fueron desenterrados después de finalizar la ocupación de los EE.UU.
en 1935. Su madre fue capaz de identificar el cadáver a causa de sus dientes de oro. Un funeral nacional, a la que asistieron el
entonces presidente de
Haití, Sténio Vincent,
fue celebrado en Cabo Haitiano, donde su tumba se conserva todavía hoy en día.
Un retrato de Carlomagno
Peralta ahora se puede ver en una moneda emitida por el gobierno de Jean-Bertrand
Aristide en 1994.